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Puede ser más difícil para las mujeres

llegar al orgasmo no porque sean más neuróticas, o menos sexuales, o socializadas para que no les guste el sexo; en cambio, puede deberse en gran medida a que la mayor parte de su tejido sexual sensible está oculto en lo profundo de la pelvis.

Cómo esta diferencia crítica entre la fisiología sexual masculina y femenina escapa a nuestro diálogo sobre el orgasmo siempre ha sido un misterio para mí. Cuando explico esto a mis clientes, regularmente veo miradas de sorpresa y luego alivio. Comprender esta realidad ayuda a las mujeres a sentir más autocompasión por sus luchas con el orgasmo. A veces, este conocimiento disminuye la ansiedad de una mujer a tal grado que puede tener un orgasmo por primera vez. Otras mujeres se sienten reivindicadas de que necesitan más estimulación que sus parejas. Finalmente se sienten justificados para tomarse más tiempo para llegar al clímax. Es sorprendente para mí lo sanadora y vergonzosa que puede ser la información simple.

Este conocimiento también ayuda a aclarar por qué la eyaculación precoz (EP) es en gran medida una disfunción sexual masculina. Si los clítoris fueran tan accesibles como los penes, las mujeres también tendrían problemas con la EP. Sugiero a mis clientes con EP que imaginen cómo cambiaría su impulso al orgasmo si estuvieran usando cinco condones. Y, de hecho, muchos hombres usan condones en un esfuerzo por durar más tiempo.

Por supuesto, sabemos que hay muchas otras variables que contribuyen a la facilidad e intensidad del orgasmo. Sin embargo, este simple hecho parece al menos tan crítico como cualquier otra consideración que reconozcamos más comúnmente. Puedes visitar nuestra pagina de Consoladores y conocer productos calientes.